La RMGH Madelaf y Dama Jessica examinaron el cadáver de Agus Conan Idaho.
—Labios resecos, ojos enrojecidos, piel agrietada… no se estaba adaptando bien al clima desértico de este planeta —dijo la Dama Jessica Sand.
—Efectivamente, se nota que provenía de un lugar con un clima más húmedo– corroboró la RMGH Madelaf.
—Bien, ahora se trata de descubrir al culpable de este horrible crimen… ¿Algún sospechoso? —dijo Timoteo Atreides.
—¡Sí! El asesinato se cometió con un cuchillo Crys, un arma típica de Dune —dijo la Doctora Liadriel Keynes —Eso hace sospechosos a Chari y a Stilbard. Pero me atrevería a acusar a Chari Sansa Layne, porque su reacción ante la llegada de Timoteo Atreides fue todo menos cordial. Es obvio
que no tiene ningún amor por la Casa Atreides, así que para mí es la candidata más probable.
—Vaya, vaya, Doctora Keynes… pues resulta que usted ¡también tiene un cuchillo Crys! Qué típico de una asesina, colgarle el muerto a otra para
desviar las sospechas.
—Bueno, bueno, a ver —terció, conciliadora, Dama Jessica —Que cuando aterrizamos en el espaciopuerto de Arrakeen, me fijé en que las tiendas de recuerdos vendían cuchillos Crys a 30 solaris. Cualquiera se podría haber agenciado uno.
—¡Pero sólo un nativo de Arrakis sabría usarlo como es debido! ¡Ha sido Chari! —replicó Liadriel Keynes.
—¡Ha sido usted, doctora! ¡No tengo pruebas, pero tampoco dudas! ¡Su comportamiento la delata!
Estando en ese momento de agria discusión, apareció, arregladísima y súper sonriente, la Mentat, Asha Yueh Grey.
—¡Hola, holaaa! ¡Milad qué malavilla ha encontlado la Doctola Yueh! ¡KA-RA-O-KI! —dijo la doctora, pronunciando la única palabra con la que no se trababa en las “r.”
—Pero… pero… vamos a ver, que tenemos aquí un muerto y ahora ¿quiere usted que hagamos una fiesta? ¡Pero qué mal gusto! —dijo Stilbard.
—Amos a vel, amos a vel… ¿Muete Agus tiene solución? No. Entonces, ¿pol qué llolas? Asesino entle nosotlos, ¿tiene solución? Sí, linchamos y punto. Así, ¿pol qué llolas? Mejoh fiesta, ¿karaoki!
La sabiduría oriental de la Mentat no fue muy bien acogida por los demás. Para empeorar las cosas, a continuación Asha enseñó el disco que había encontrado para el karaoke:
—¡Milad, amigos: disco villancicos de cantante español y mucho español! ¡Seguro que Atleides gusta mucho! Milad: Laphael, “Navidad en Dune.”
—Buah, Raphael… pues yo sí que me echaba unas risas con ese karaoke, la verdad —dijo Timoteo Atreides —Pero la que se viene arriba con Raphael es mi madre. No veáis las veces que me ha hecho cantarle “Yo soy aquél.”
La hilaridad, ahora sí, fue general. Excepto por Dama Jessica, claro, que echó una mirada furibunda a su hijo.
—Bueno, bueno, y no se ría usted tanto, RMGH Madelaf, que todo el mundo sabe que el himno no oficial de las Bene Gesserit es “Qué sabe nadie.” Con lo que les gustan los secretos… En fin, ehhh… volviendo al tema importante… yo diría que ya tenemos una terna de sospechosas, ¿no? Chari, Liadriel Keynes y Asha Yueh. ¿Hacemos una ronda de desempate?
Tras un buen rato de charlas aparte, cavilaciones y conversaciones por lo bajini, finalmente el grupo decidió que la culpable había sido la Doctora Liadriel Keynes.
—Pues mire, Asha Yueh, yo creo que al final, sí que vamos a cantar y todo —dijo Stilbard.
—¡No! ¡No! Que creo que ya sé por dónde vas… —contestó Liadriel, alarmada.
—Yo también. Y es muy buena idea. Así serás una con el desierto y tu muerte será rápida. Dolorosa, pero rápida —zanjó Chari.
Los Fremen explicaron su idea al grupo y a todos les pareció bien, sobre todo a Asha. Así pues, todos se pusieron sus destiltrajes y salieron al exterior. Hicieron caminar a la pobre Liadriel por el desierto un buen trecho, y luego se pusieron todos a cantar a pleno pulmón la versión del “Pequeño Tamborilero” que el cantante español había compuesto con ocasión de su visita al planeta Arrakiss:
“Eeeeel camino que lleva a Arrakén
baja hasta el valle que la arena cubrió
los fremencillos van a ver a su rey
el dios emperador”
ROPOPOMPOM ROPOPOMPOM”
Acompañando la canción con rítmicas pisotones en la arena, no se tardó en oír el rugido de uno de los enormes gusanos del desierto, los colosales Shai Hulud. Nada había que provocase más a esas bestias que los ruidos fuertes y rítmicos, como ya había explicado Liadriel en el episodio anterior. Siguieron con la canción:
“Le traen especia en su humilde zurrón
Ha nacido en el desierto de Dune
El dios emperador
ROPOPOMPOM ROPOPOMPOM”
El enorme gusano de arena se abalanzó hacia aquellas criaturas diminutas, saltando adentro y afuera de la arena. La doctora Liadriel Keynes intentó escapar, pero fue atrapada por el coloso y devorada en cuestión de minutos.
El resto del grupo volvió rápidamente a la estación meteorológica, protegiéndose de la ira de Shai Hulud. Al regresar, examinaron cuidadosamente la daga Crys de la Doctora Liadriel Keynes y se dieron cuenta de que habían linchado a la Justiciera.