No hay V.A.R.
Brillante y caluroso día en Madrid. Aficionados de todas las edades se agolpan manteniendo (no) la distancia de seguridad en los aledaños del estadio Santiago Bernabeu, en obras, para asistir al “Partido de las Estrellas”. Ex futbolistas rechonchos, ex futbolistas yonkis y demás tipos de exfutbolistas se reúnen para intentar revivir en un partido benéfico las sensaciones de antaño.
Por el equipo “Estelares” juegan el Mono Burgos en la portería, Maldini, Chielini, Puyol, Beckham, Xavi, Guardiola, Ronaldinho, Kaka, Henry y Raúl.
Por el equipo “Galácticos” juegan Iker en portería, Del Piero, Ronaldo y Klose adelante, Cannavaro, Ayala y Roberto Carlos en defensa, y en el medio del campo Guti, Pirlo, Iniesta y Redondo.
En la grada es todo alegría. En el campo es todo tensión. Viejas rencillas, antiguas zancadillas vienen al a mente. Minuto de silencio por el recientemente fallecido Luis S. Todos miran a Chielini con recelo. ¿Habría sido su venganza?
Comienza el partido y para sorpresa de todos, se parten la cara. Ni partido benéfico ni leches. Las patadas caen por todos lados. Algunos se alegran de que Simeone no hubiera podido asistir. Tensión. Insultos por lo bajini. Insultos por lo altini. Rifi-rafe en área. Penalti. No es penalti. Discusión. No hay VAR. Guti en el suelo, se agarra la cara. “Duele” —grita— “No sé quién ha sido pero duele”. Guti llora y la grada se encuentra en silencio. Silencio total. Se puede oír mi estómago crujiendo. De repente, una aficionada encapuchada grita “¡Písalo!”. Los estelares y los galácticos se miran. Se dan por aludidos. El estadio empieza a corear “Pisaló, pisaló, pisaloooo, pisaló pisaló pisalooooó”. El jugador, tendido, no puede creerlo. Todo el mundo se viene arriba. Todo el mundo se suma. Alegría, linchamiento, libertad, libre albedrío. Lady Madrid apura un mojito en el palco. Sonríe. Nunca fue tan fácil. Bye,
Sr. Lunes.
Los tercios
La tortura estaba siendo muy larga. Aquel ser lo había encerrado desde hacía ¿cuánto? ¿tres, cinco, ocho días…? Había perdido la cuenta. Y viendo la televisión por obligación. Sólo corazón y fútbol.
—Hordas inmundas. ¡Que le quemen el ciruelo! ¡Carcelero, voto a dios que si no me saca usted de aquí, protagonizará mi siguiente novela! Será el carcelero de Dachau. Auschwitz está muy manido. ¡Voto a dios, que lo haré, ser de cáscara amarga?
—¿Qué dices? —le respondió una voz—. Se te va, Arturite, se te va.
—Hideputa. Tendedor de raspa, bribon de la sopa, clamista de la fiesta…
—Arturite, te estás poniendo muy nerviose y te va a subir el azúcar.
—Quitahipos, trastracueros…
—Toma un poquito de agua, te estás poniendo roje, respira.
—No me des agua, macandón. Dame al menos cerveza, gaznápiro.
—No me queda cerveza. Tengo agua. Bebe que te me ahogas, y yo solo quería tenerte un poquito torturade viendo Sálvame.
—Mis tercios, dame mis tercios, gazmuño, ganapán…
Don Arturo estaba rojo. Y el fementido aquelle hablándole en lenguaje inclusivo. Su corazón no lo aguantó. Murió luchando a grito pelado por sus tercios. Y así cayó el cuerpo 101 de la shenani
Liadriel.
Loncha de queso que se libera de la opresión
La verdad es que estaba muy triste. Taciturna. Su hermanita Alba escribió un poema en honor a Montserrat que la había dejado chof (poema intensamente emocional
https://www.youtube.com/watch?v=BFV0Hf0WMZ0&t=68s).
—¿Qué podría animarme, oh amigo? Difísil zaberlo. ¿Zerá esto un caztigo por haber destruido Floz Mariae? Pobre Montze, era tan dicharachera.
Así suspiraba entre horas. Empezó a ver vídeos de su hermana. Al rato, cayó en la cuenta. Montse le transmitía un mensaje desde el más allá.
—Aaaamigo. Ezto parese intereszante—. Cogió un papel y empezó a apuntar.
“Eres libre, amigo. No te dejes engañar…
https://www.youtube.com/watch?v=VlAYPc_6to4
Calcula bien tus movimientos. Has nacido para morir.
Te voy a hablar de un monstruo que desgracia la vida.
https://www.youtube.com/watch?v=nX32XxBYRw0
Te acerca al infierno.
https://www.youtube.com/watch?v=O7QSwuyXVEk
Tú no eres extraterrestre. Tú eres extraordinario.
Has nacido para morir. Has nacido para morir. Has nacido para morir.”
Llega un momento en que está tan absorta que no se da cuenta de que tiene tras de sí a 23 avestruces con cuchillos atados a los picos. A pesar de su inmenso tamaño, estas son increíblemente silenciosas y Victoria no les percibe hasta que una de ellas, atraído por la hipnótica luz de la pantalla y los flashes de los vídeos de Montse, da un picotazo tan brusco que el cuchillo atraviesa la pantalla. Impresionada, la joven mira hacia atrás y cuando lo ve, no es capaz de creérselo. Mientras, otra de las avestruces se ha acercado a inspeccionarle y da un picotazo que le provoca una herida en el brazo.
- ¡Ah! ¡Me has hecho daño!
Pero los animales están se han alertado y uno tras otro van a atacar a la joven promesa. Aunque el intenta huir, es rodeada y atacada cada vez con más fiereza.
Wind abandona la vida y el presioso cuerpo de V. B.D. Entretanto, en la pantalla rota se ve y oye la voz de su hermana dese el más allá
https://www.youtube.com/watch?v=gREWME0R_9w
Over Budget
El negocio en España no iba como esperaban. Los presupuestos que tenían los españoles eran una puta pena. Drew y Jonathan habían decidido que le darían unos meses más al país y si no, se pirarían. Además, en España había paredes de verdad. Jonathan se había roto ya algún miembro intentando tirar paredes abajo y Drew… Bueno, Drew no se había hecho daño porque como todo el mundo sabe, Drew sólo coloca los cojines y prueba los sofás.
Por otra parte, los españoles no quieren tener la cocina en el salón. Dicen algo de los olores.
El caso es que están hasta los huevos.
Sin embargo, tienen trabajos a medias para famosillos que quieren terminar y, además, un nuevo cliente que les ha pedido que le enseñe algunas casas. Será el último encargo en Madrid.
—Y dígame, ¿qué presupuesto tiene?
—unos 150.000 euros incluyendo la reforma. Quisiera algo con tres habitaciones, al menos dos baños más aseo, salón, cocina, cuarto de la plancha y algo de jardín.
—Entiendo. Acompáñeme.
Suben al coche de Drew. El cliente ve que se dirigen al norte. Entran en La Moraleja. Aparcan en la puerta de un chalet. Se ve grande. Se ve lujoso.
Entran. Cuatro habitaciones, no tres. Dos baños y aseo, dos salones, cocina. Jonathan mira esos tabiques con lujuria. Cuarto de plancha, piscina, jardín paisajista. La visita dura más de una hora. Planifican posibles reformas. Jonathan arrima la cebolleta a los tabiques. Emossión en el ambiente.
—Me encanta —dice el cliente.
—Lo sé. Eso esperaba. Esta casa cuesta 3.000.000 de euros.
Jonathan se pierde, inspeccionando y acariciando tabiques.
—Mire, creo que me han entendido mal.
—No le he entendido mal—explica Drew—. Solo quiero hacerle ver que su presupuesto no es realista.
—Pero esto es la moraleja.
—La moraleja es que usted no tiene dinero para ser mi cliente—responde Drew.
El cliente se china. El cliente coge el atizador de la chimenea y acaba con el cuerpo 101 del shenani
Theon, mientras su gemelo está sumergido en un onanismo mental de mazas, tabiques y pladur.
